FITZCARRALDO

FITZCARRALDO
FITZCARRALDO. Werner Herzog. Klaus Kinski

sábado, 27 de octubre de 2012

LA GUERRA ESTA DECLARADA


TÍTULO ORIGINALLa guerre est déclarée
AÑO2011
DURACIÓN100 min
PAÍSFrancia
DIRECTORValérie Donzelli
GUIÓNValérie Donzelli, Jérémie Elkaïm
MÚSICAPascal Mayer
FOTOGRAFÍASébastien Buchmann
REPARTOValérie DonzelliJérémie ElkaïmGabriel ElkaïmCésar DesseixBrigitte Sy,
Elina Löwensohn,
Michèle MorettiPhillipe LaudenbachBastien BouillonBéatrice de Staël,
Anne Le NyFrédéric Pierrot
PRODUCTORAWild Bunch Distribution / Rectangle Productions
PREMIOS2011: Premios Cesar: 6 nominaciones, incluyendo mejor película y director
2011: Festival de Gijón: Mejor película (ex-aequo), actriz (Donzelli) y actor
(Jérémie Elkaïm)
GÉNERODramaRomance | FamiliaEnfermedad
Clasificación : Muy recomendada



Acaba de terminar, en distintas ciudades colombianas donde se desarrolló,  el undécimo festival de cine francés.  En esta ocasión la homenajeada fue la bella Sandrine Bonnaire; una muestra representativa de su trabajo, como actriz y como directora, se exhibió en las distintas salas.

Con la guía de las reseñas del festival y con aquellas otras encontradas en  las páginas especializadas de cine, escogí y fui a  tres de sus películas. La guerra está declarada (Valérie Donzelli) , Vientos contrarios (Jalil Lespert) y Pierrot le fou (Jean Luc Godard). Se me quedaron en el camino, sin ver, películas como Las nieves del Kilimandjaro (Robert Guediguian) , Les diaboliques (Henri George Clouzot), Le tableau (Jean-Francos Languione) y del gran Renoir Boudu sauvé des eaux


De las que vi las dos primeras estaban en competencia. Ahora que reviso los resultados del festival encuentro que la ganadora fue La Guerra está declarada. De mi trío, incluida la afamada Pierrot le fou, también ella fue la ganadora. Fui a ver La guerra está declarada por la misma razón por la que su directora y actriz principal, Valérie Donzelli, se decidió a hacerla. La experiencia de un hijo enfermo es una experiencia estremecedora que merece ser contada y que merece ser vista, oída o leída cuando otro la ha contado. Al leer que este era el tema de la película no vacilé en escogerla. Quería ver como se encaraba, cámara en mano, una vivencia como esta.  Estaba la posibilidad, evidente y a la vez decepcionante, de encontrarme con una de esas películas de intenciones salvíficas en las que el hijo enfermo es apenas un pretexto para amplificar el heroísmo de los padres. También estaba la posibilidad de toparme con un drama contado y deformado desde la perspectiva  de un pequeño que no logra entender – y mucho menos querer – un mundo volcado sobre su enfermedad.  Otra opción, quizás la menos probable, era aquella de encontrar la transfiguración estética de una situación extrema que, como cualquier otra, siempre tiene la potencialidad de ser interpretada en trazos, notas, palabras o imágenes que la resignifiquen y trasciendan. Fue con esto último con lo que felizmente me topé cuando vi la última película de la Donzelli.

La guerra está declarada es la versión libre y por sobre todo artística que esta directora y actriz francesa hace de su propia experiencia como madre de un niño al que muy temprano se le diagnostica un tumor en el cerebro. Para este proyecto convoca al que tenía que ser convocado. Quien sino al propio papá del niño, el actor Jérémie Elkaim,  quien fuera hasta hace algún tiempo su pareja. Bajos otros nombres ambos se auto representan sin ánimo documentalista y, mucho menos, aleccionador. Lo que logra La guerra está declarada es un asomo distinto, alternativo y creativo a una realidad cuyos interrogantes y estremecimientos pueden hacer emerger lo mejor y lo peor de  quien la vive.

Las actuaciones de sus protagonistas son  frescas y espontáneas. La cámara se deleita reinventándose a sí misma allí donde la escena no pareciera la propicia para este tipo de juegos creativos. El niño enfermo es un referente muy importante pero no se lo manosea emocionalmente. Sin heroísmos bordeados de final feliz, son los padres quienes cuentan ese torbellino de sensaciones que los asalta y que nunca terminan de entender muy bien: los interminables diagnósticos médicos, la insufrible compasión de quienes los rodean, las preguntas sin respuesta y ese vértigo que de repente pulveriza el sentido mismo de la vida.

La Donzelli logra  un muy balance entre el drama que soporta la historia y la técnica que emplea para narrarla. Los corredores pálidos de una clínica se convierten en el escenario ideal para representar, con tomas inusuales y una perfecta violencia visual, la conmoción de unos padres que no terminan de entender en qué momento se les rompió la burbuja de su felicidad. La guerra está declarada  tiene el mensaje encriptado de unos padre que supieron sobreponérsele a la adversidad pero tiene, sobre todo, el magnetismo de una talentosa directora que supo apelar a unos recursos cinematográficos para expresar, con una estética inusual y sorprendente,  ese caos que ni siquiera quien lo padece es capaz de dimensionar.

Al acierto narrativo lo redondea con un acople sorprendente la música de la película. Cuando las palabras no alcanzan, cuando el poder de las imágenes amenaza dilución, la música siempre reitera la inigualable precisión de su lenguaje.

Espero que el justo premio que se le ha otorgado a La guerra está declarada signifique su pronta reaparición en las carteleras nacionales. 

Nota a deshoras: Una muestra de la música, tan a la medida, de La guerra está declarada


1 comentario:

Chica ago- go dijo...

Me emociona encontrar un blog donde se analizan peliculas que he visto. Un enfoque personal de como se enfrenta una crisis de esas que pueden cambiarte. Aunque me parecio buena, en mi opinion falto redondear el objetivo, un poco menos de dispersion y una edicion mas efectiva. Salu2