FITZCARRALDO

FITZCARRALDO
FITZCARRALDO. Werner Herzog. Klaus Kinski

lunes, 22 de noviembre de 2010

Up in the Air


TÍTULO ORIGINAL Up in the Air

AÑO 2009 

DURACIÓN 109 min.    

PAÍS    Estados Unidos 

DIRECTOR Jason Reitman
GUIÓN Jason Reitman, Sheldon Turner (Novela: Walter Kirn)
MÚSICA Rolfe Kent
FOTOGRAFÍA Eric Steelberg
REPARTO George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Tamala Jones, J.K. Simmons, Danny McBride, Chris Lowell, Zach Galifianakis, Steve Eastin
PRODUCTORA Paramount Pictures / Hard C / The Montecito Picture Company
WEB OFICIAL http://www.theupintheairmovie.com/
PREMIOS 2009: Oscars: 6 nominaciones, incluyendo mejor película
2009: Globos de Oro: Mejor guión. 6 nominaciones

GÉNERO Comedia. Drama | Comedia dramática

Clasificación : Muy recomendada

La idea recurrente en las charlas que dicta el ejecutivo Ryan Bingham (George Clooney) es que si aligeramos los morrales que cargamos, nos sentiremos más libres y más felices. Vaciarlos, dice él, de aquellas personas y cosas que alguna vez nos echamos a cuestas sin saber muy bien ni el porqué ni el para qué. Si logramos restarle peso a esos equipajes cotidianos nos tallarán menos en los hombros sus correas y  el viaje que hagamos con ellos será más placentero. Lo dice él, para quien no existe el concepto de hogar; para él sólo hay lugares transitorios donde pernoctar y de los cuales migrar pronto porque siempre hay un vuelo próximo a decolar. Su ingrato oficio, además del dictar estas esporádicas charlas, es el despido de personal. Se le contrata para que le informe a la gente la decisión adoptada y para que minimice, para la empresa, los efectos negativos de la medida.

Up in the air nos muestra inicialmente a un Ryan seguro y práctico que domina no sólo el oficio del despido de personal sino la compleja faena que implica viajar constantemente. Empaca y desempaca en segundos sin las nefastas arrugas que quedan en la ropa del viajero inexperto; solventa las colas con destreza y siempre encuentra el reconocimiento y el saludo por nombre de las personas que trabajan en los aeropuertos y en los aviones. Su sueño como viajero frecuente es acumular un insólito número de millas para escalar aún más en las gradas de los viajeros exclusivos.

Un estilo de vida como este rima mal con cualquier compromiso y riñe también con todo lo que tenga el más mínimo componente de apego.  La cosa parece atractiva, más que por sus reales connotaciones y repercusiones, por lo atractivo que es el propio Clooney. Ryan luce impecable,  apuesto y seductor al punto de parecer ser que, todas tres, son consecuencia de este ir por el mundo sin equipajes pesados y especialmente de vivir la vida sin ese alguien que rutinariamente nos espere al final del día.

Un encuentro casual en el bar de un hotel parece desestabilizar ese reino de levedad y control. Ryan conoce a otra ejecutiva (Vera Farmiga) que al igual que él también tiene una programación asfixiante de viajes. Con la sofisticación que sólo dan los años bien administrados, la mujer le insinúa a Ryan el juego de verse cuando sus itinerarios coincidan  en el fugaz y placentero encuentro de una habitación de hotel. Pero el juego no resulta tan volátil como se lo propusieron porque la satisfacción momentánea siempre provoca el deseo de su alargue y el alargue invade, inevitablemente, los espacios labrados por la soledad y el egoísmo.

De estas vida viajeras trata  Up in the air, tratamiento que ni cae en melodrama, ni tampoco en la comedia ordinaria. El drama se plantea sin tragedias y para ello la narración echa mano, en una muy  buena y refinada dosis, del humor. Es precisamente esta ponderación equilibrada de elementos la que hace de Up in the air una película muy grata de ver y que supera, con creces,  el placer de la mera entretención. Se piensa durante la proyección y tambén después de ella. Pero no es el pensamiento oscuro y denso del drama; es el pensamiento que pese a su levedad perdura.

Un in the air tiene un mérito poco frecuente: se trata de una película que pudo ser una comedia prescindible o un drama de olvido fácil y sin embargo alcanzó un nivel muy superior. Al verla queda en la retina esa desconcertante y a la vez grata impresión de habernos topado con una película que dejar ver , sin aspavientos ni pretensiones,  la fineza de su elaboración y la sutileza de su mensaje.

Sobresalen, al lado de Clooney, sus dos compañeras de formula: Anna Kendiick y Vera Farmiga. La primera en el muy bien logrado papel de una jovencita impetuosa e inexperta y la segunda con esa discreta distinción  que regalan los años bien manejados.

Y algo más hay que decir de Clooney, su protagonista. En todas las premiaciones de comienzos de año las cámaras no dejan de perseguirlo y él de perseguirlas a ellas. Pero si los lentes le han sido generosos, los premios lo han esquivado. Y no es justo porque Clooney ha entendido bien que no es su Omega Look  lo que lo hace un buen actor. El tiene madera y así lo ha demostrado, además de Up in the air, en películas como Quemar después de leer de los hermanos Cohen y Confesiones de una mente peligrosa donde además de actuar dirige. Pero pasa que su pelo grisáceo y su mirada de galán vienen desde siempre desplazando su talento actoral. Llegará la hora en que el ocaso de la belleza permita ver otras cosas. 

Es probable que Clooney se esté preguntando  si  un poco de peso en su mochila no le ayudará a detenerse en los lugares que solo se entienden y disfrutan quedándose en ellos. 

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