FITZCARRALDO

FITZCARRALDO
FITZCARRALDO. Werner Herzog. Klaus Kinski

sábado, 2 de noviembre de 2013

PORTUGAL MON AMOUR




Título Original: La cage dorée


País: Francia

Dirección: Ruben Alves

Guión: Ruben Alves - Jean-André Yerles - Hugo Gelin

Reparto:  Rita Blanco, Joaquim de Almeida, Roland Giraud,  Chantal Lauby,  Barbara Cabrita, Lannick Gautry, Maira Vieira, Jacqueline Corado, Jean-Pierre Martins

Género: Comedia

Duración: 90 minutos  


Clasificación : Vale la pena

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Hay películas que marcan y desestabilizan; hay otras que ofenden e incluso hieren; las hay que simplemente entretienen o que provocan oleadas constantes o intermitentes de aburrimiento y las hay, por supuesto, que logran impactar en ese centro, inubicable y móvil, donde convergen razón y corazón. Portugal mon amour, película francesa del director portugués Ruben Alves, es una de estas últimas. Lo suyo no es desestabilizar o cuestionar pero sí, con fina profundidad, emocionar. No estamos ante la comedia ligera y fácil que echa mano de unos ingredientes conocidos y ordinarios para preparar una receta del montón que endulce sin mayor pretensión. Estamos sí ante una comedia y estamos, también, ante una receta con ingredientes reconocibles y básicos pero cuyo resultado, la torta que nos llevan a la mesa o , mejor, el bacalao que nos sirven con cerveza, tiene ese sabor y ese particular encanto de haber sabido hacer con lo común y ordinario, quizás no un manjar exquisito, pero sí un plato de esos que se comen con un enorme deleite.


Su título original, La cage dorée, La jaula dorada, sintetiza bien la historia que se nos cuenta. María (Rita Blanco) y José (Joaquim de Almeida) son una pareja de inmigrantes portugueses que llevan años viviendo en París. María es la conserje de un bloque de apartamentos y se ha convertido con el paso de los años en una presencia amable e indispensable para los copropietarios. José es un maestro de obra aplicado y generoso que le pone el alma - y sus manos fuertes y ajadas - a todo cuanto hace, incluida su dispendiosa labor de apilar ladrillos que luego serán paredes que serán casas que serán espacios donde habrán de suceder las felicidades y los dramas de todo ser humano. Con sus hijos Pedro (Alex Alves) y Paula, la guapísima Barbara Cabrita, viven en un pequeño apartamento del conjunto que cuida y mantiene María. Esa es, para los cuatro, su jaula dorada. Se presentará la posibilidad de abandonarla pero antes tendrán que entender que son, como todos lo somos, seres de encierros y que en lugar de renunciar cándidamente a ellos lo que debemos es escoger el que mejor rime con nuestros sueños.


La película está hecha con no pocos de esos lugares comunes que de inmediato reconocemos: la familia pobre que repentinamente recibe la noticia de una fortuna heredada; el hombre honesto y servicial que, superada la tentación del destino, reivindica el valor de sus principios;el joven apuesto y rico que se enamora de la mujer humilde y sencilla pero, eso sí, extraordinariamente bella… Lugares que nos son tan conocidos y próximos como el coro de esa cancioncilla que, sin apenas darnos cuenta, tarareamos cuando suena a nuestro lado. La historia pudo quedarse en ser el mal revoltijo de estos temas manoseados y trillados pero logra un resultado completamente distinto: los amasa de tal forma que sin traicionarlos le da, a su atinada mezcla, una apariencia cálida, leve - que no ligera -   y cuidadamente sensible.