FITZCARRALDO

FITZCARRALDO
FITZCARRALDO. Werner Herzog. Klaus Kinski

sábado, 27 de abril de 2013

EFECTOS SECUNDARIOS





Título original  
Side effects 
Año
2013
Duración
109 min.
País
 Estados Unidos
Director
Steven Soderbergh
Guión
Scott Z. Burns
Música
Thomas Newman
Fotografía
Steven Soderbergh
Reparto
Rooney MaraJude LawCatherine Zeta-JonesChanning TatumVinessa Shaw,David CostabileAndrea BogartPolly Draper
Productora
Entertainment One / 1984 Private Defense Contractors / Di Bonaventura Pictures / Endgame Entertainment
Género
ThrillerIntriga | MedicinaDroga



Clasificación : Buen plan 

Sorprender no  siempre  es conquistar; sobresaltar no equivale a acertar. En esta oportunidad Steven Soderbergh, el versátil e irregular director de películas como Ocean´s Eleven (2001), Traffic (2000) y Sexo, mentiras y cintas de video (1989),  intenta construir , con muy buen material de base, un thriller complejo y sofisticado pero al final el resultado no es otro que una historia enrevesada que sacrifica los componentes atractivos de su guión por el sobrevalorado espejismo de un final inesperado.

En Efectos Secundarios Emily (Rooney Mara) es una mujer con trastornos emocionales que acude a un siquiatra, el Dr. Banks (Jude Law), para que la ayude a superar la conmoción del reencuentro con su esposo recién salido  de la cárcel y al que siente y resiente como una presencia indescifrable y amenazante. La ruta terapéutica no es otra que la del paraíso, artificial e infernal, de los fármacos. A partir de este planteamiento los hilos tensos del relato empiezan a entrecruzarse de tal forma que no es su propia tensión, como en los buenos thrillers, la que termina por romperlos, sino que es su equivocado planteamiento el que termina enredándolos.  Hasta la mitad de la película los temas insinuados son, principalmente, la ética médica, la ambición voraz de la industria farmacéutica y la concepción, manipulada desde distintas esferas del poder establecido, de la salud humana.  Temas como estos que  permitían presagiar una historia sustanciosa, se botan de pronto por el primer desagüe que se encuentra y en su lugar la historia opta por la ficha devaluada y plástica de un drama enredado que pretende brillar solo porque su  final es distinto a aquel que todos imaginábamos. Sí, sorprender no siempre es conquistar y sobresaltar no equivale acertar. Steven Soderbergh  anunció un número de elaborada prestidigitación y terminó con el truquillo  barato de la baraja marcada.

La fórmula del buen thriller, como tantas otras, ya está inventada sin que ello quiera decir que los márgenes de sorpresa de este género sean escasos. Aunque pudiera sonar paradójico o contradictorio, en este tipo de películas la capacidad de asombrar o innovar siempre parte del respeto a un modelo establecido al que solo se le supera bien cuando se lo enriquece, no cuando se lo ofende, desconoce o , simplemente, empobrece. El thriller no es más que el arte de tejer una telaraña y lograr que sea la cuasi invisibilidad de sus hilos la que genere una sensación insuperable de emoción y agarre . El buen thriller envuelve sin agredir, dosifica el aire sin ahogar y copa toda nuestra atención dispensándonos de pensar. En el caso de Efectos Secundarios seguramente otro  hubiera sido el resultado de la película si no se pone en juego tanto para sacar de ello tan poco; el cine está lleno de majestuosos ejemplos de cómo hacer cosas grandes a partir de las muy  pequeñas cosas.

Del reparto sobresale Rooney Mara que logra empujar una historia que siempre está bordeando el despeñadero de la confusión; su papel es sólido y convincente al punto de ser ella quien opaca a sus afamados compañeros de reparto. Jude Law lo hace bien, solo bien. La corrección de su actuación pone en evidencia que la historia que no se llegó a contar le habría sacado mucho más brillo a su capacidad actoral. Y de la Zeta-Jones solo decir, sin pedir perdón,  que en mi abecedario actoral la mujercita de Douglas ocupa exactamente el puesto de la letra que la apellida.