FITZCARRALDO

FITZCARRALDO
FITZCARRALDO. Werner Herzog. Klaus Kinski

sábado, 26 de febrero de 2011

El discurso del rey



TÍTULO ORIGINAL     The King's Speech

AÑO     2010    

DURACIÓN     118 min.      

PAÍS     Reino Unido      

DIRECTOR     Tom Hooper

GUIÓN     David Seidler

MÚSICA     Alexandre Desplat
FOTOGRAFÍA     Danny Cohen
REPARTO     Colin Firth, Helena Bonham Carter, Geoffrey Rush, Michael Gambon, Guy Pearce, Timothy Spall, Derek Jacobi, Eve Best
PRODUCTORA     Coproducción GB-Australia; UK Film Council / The Weinstein Co. / Momentum Pictures / Aegis Film Fund / Molinare London / Filmnation Entertainment
WEB OFICIAL     http://www.weinsteinco.com/#/film/the_kings_speech

PREMIOS     2010: Oscar: 12 nominaciones, incluyendo Mejor película, director, guión y actores
2010: Globos de Oro: Mejor actor (Firth). 7 nominaciones, incluyendo Mejor película drama
2010: 7 Premios BAFTA, incluyendo Mejor película y actor (Firth). 14 nominaciones
2010: Premio Goya: Mejor película europea
2010: Festival de Toronto: Mejor película (Premio del Público)
2010: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Colin Firth)
2010: Independent Spirit Awards: Nominada Mejor película extranjera

GÉNERO     Drama | Histórico. Biográfico. Años 30. Basado en hechos reales


Clasificación : Vale la pena

Uno se pregunta como se construye, a partir de una idea básica, una buena película. En el caso del Discurso del rey la materia prima es casi anecdótica. Jorge VI  llega a ser rey de Inglaterra tras la abdicación de su hermano Eduardo VII. La situación, inesperada, es además indeseada y lo es porque el joven heredero no sabe hablar. Lo enmudecen no solo los grandes auditorios expectantes sino la mera posibilidad de entablar con el otro un simple diálogo. Podrá, de la mano de un terapista singular, superar su problema y gobernar Inglaterra? No parece que una idea como esta, con su tono telenovelesco de acertijo,  sea material suficiente para armar una buena película. Con una idea así se hubiera podido hacer una comedia pasable o, lo más predecible y probable, un drama de emoción cutánea basado en una historia grandiocuente de superación. Pero es a partir de una idea como esta que se construye, en El discurso del rey, una película sobresaliente.

Cómo potenciar una idea primaria para  extraer de ella mucho más de lo que, al ojo rápido, la misma parecía dar? Lo primero que debe resaltarse es el trabajo del guionista. Personalmente creo que con cierta iligereza los aplausos suelen converger en directores y  actores, cuando la historia que los soporta se le debe toda al guionista. Un buen guión supone no sólo la elaboración de una historia que se deje contar en el lenguaje del cine y desde allí subyugue y atrape, sino que el guionista debe ver entre líneas la película que va escribiendo. Debe, a su manera, dirigirla y darle forma a los personajes que la animan. De alguna manera, antes que se la dirija y actúe, desde el guión, la película ya había sido dirigida y actuada. En este sentido  es David Seidler, guionista del Discurso del rey, quien hace que  la anécdota básica no se quede en sí misma sino que sea a partir de ella que se narren, entre otras, las causas de la tartamudez, las distintas visiones de mundo que tienen los hermanos, las dificultades de entablar una relación auténtica con el otro, las percepciones mediáticas de los  gobernados….

Ya con un material así enriquecido vienen los otros componentes que ensanchan la película. Esta, en primerísimo lugar, la muy cuidada ambientación.  Desde la primera toma que se regodea en uno de esos emblemáticos micrófonos de mediados del siglo pasado hasta la escena cumbre de discurso, El discurso del rey es una sucesión impecable de ambientes. Cuando se logra una buena ambientación el efecto es que quien ve la escena se siente en ella. Esta transportación espacial es una de las tantas magias del cine y las más de las veces ni cuenta nos damos precisamente por la sutileza de ese singular desplazamiento.

No me detengo en las soberbias actuaciones de Colin Firth y Geoffrey Rush. Solo puedo decir que ambos encaran y superan el reto estelar de la actuación que es actuar hacia adentro. Lo que uno ve en los rostros y en  los gestos de lo dos, es el resultado de haberse zambullido en ellos mismos para descifrar la esencia de los personajes encarnados y asegurar así que lo que salga a la superficie retrate el interior de ambos personajes. Para representar bien a un tartamudo no basta remedar su tartamudez, hay que transmitir con toda credibilidad la angustia que  provoca ese tropezón involuntario de las palabras en la boca. El papel de Firth  demuestra una vez más que a la buena actuación le pueden resultar cosméticas las palabras; de dónde salen, del porqué salen o, como en el caso del Discurso del rey, del porqué no salen, son para la actuación los focos principales. Las palabras, a fin de cuentas, tienen su propia y relativa perdurabilidad.

El trabajo de Tom Hooper, como el de todo director, es lograr el ensamble óptimo de todos los insumos de los que dispone. En El discurso del rey esta meta se alcanza con un exquisito tono de contención. La película, inglesa y flemática en esto,  elude siempre esa pomposidad que suele emplearse cuando se habla de la amistad o de la superación de una dificultad.  El discurso final es una prueba de esfuerzo, no una joya de la elocuencia y eso está bien porque se acopla a una historia marcada, de principio a fin, por la discreción y el humor refinado. El gran mérito del Discurso del rey es servirse de la tartamudez del rey para mostrar un ser inseguro que de seguro habrá entendido, después del lucimiento discreto de su discurso, que al justo gobierno de los otros siempre lo antecede el esfuerzo, siempre inacabado, de gobernarse a sí mismo.

Tengo que decir, para terminar, que pese a todo lo anterior hay algo incompleto en El discurso del rey. Todo está bien en la película y sin embargo se siente que algo quedó faltándole a la historia. El discurso del rey gusta  pero no apasiona, lo que lo lleva a uno a pensar que en el complejo ensamblaje de todos los elementos de una buena película no basta su ordenación perfecta; se necesita también que la historia tenga su propia alma, su latencia de vida. Y es ese soplo vital el que sin saber muy bien porqué razón no se siente, no lo sentí yo al menos, en el Discurso del rey.






martes, 22 de febrero de 2011

And the winner is.....



Las ceremonias de entrega de los premios Oscar son, las unas de las otras y las otras de las unas, calcadas. Siempre hay un presentador  que fracasa en su intento de hacer humor serio; se lo verá siempre intentando hacer reír a los millones que le siguen sin esbozar ni la más discreta sonrisa. Siempre hay una constelación de estrellas que desfilan por parejas; ella, guapísima, le hará una broma a él y él, arqueando las cejas y mirando seductoramente al infinito, contestara alguna tontería. Siempre hay, de algún premiado, un discurso inteligente en tono de denuncia que provoca siempre mucho menos conmoción que la que siempre causa el escote profundísimo  de la vedette de moda. Siempre hay un homenajeado que con sus gafas al estilo Clark Kent  lee emocionado en un papel arrugado que todo se lo debe a su madre que debe estar en Minneapolis apurándose, ya a esta hora, su cuarta o quinta cerveza de la noche.

Así son, con leves variantes, las ceremonias del Oscar. Y me fascinan. Llevo muchos años viendo la premiación y me divierte un montón el repetido glamour de Hollywood. Siempre he dicho que quienes nos enamoramos del cine con las películas gringas,  nunca podremos desprendernos de esa manera,  irrepetible y única, como los estadounidenses  hacen, degustan y promocionan su cine. Podremos migrar hacia el cine de otros países y, más de una vez, despotricar del cine gringo, pero siempre tendremos  clavada una bandera, agradecida la mía,  en las películas producidas por la rutilante industria del cine americano. 

Para hacer más entretenido el plan de ver la transmisión por la tele  lo que solemos hacer con unos amigos  es tener nuestra propia lista  de premiados.  Soñar por un momento que somos miembros del jurado y que nuestro voto será el decisivo. Más tarde nos iremos a  alguno de esos derroches de champán que debe haber después de la ceremonia  y beberemos  hasta  el amanecer oyendo  cantar, ebrio él y ebrios nosotros, al gran Jeff Bridges.
Para jugar bien el juego habría no solo que llegar a la premiación  en una de esas aparatosas limusinas negras, sino también  llegar habiendo visto todas las películas en competencia. Acá en Colombia es más fácil lograr lo primero que lo segundo y por esa razón las votaciones hay que hacerlas  sin haber visto una o varias películas. Toca entonces votar por intuición o, si lo prefieren, votar con el corazón.

Yo quisiera que los ganadores fueran

Mejor película: El discurso del rey
Mejor director: Los hermanos Coen
Mejor actor principal: Colin Firth
Mejor actriz principal: Annette Bening
Mejor actor de reparto: Cristian Bale
Mejor actriz de reparto: Helena Bonham Carter
Mejor películas de habla no inglesa: Incendies Canada
Mejor guión original:  Christopher Nolan El origen
Mejor guión adaptado: Aaron Sorkin Red Social
Mejor fotografía: Danny Cohen El discurso del rey
Mejor banda sonora: Alexandre Desplat El discurso del rey

Si mis pronósticos se cumplen la triunfadora de la noche será El  discurso del rey. Tengo que decir que pareciéndome una buena película no le pongo la nota sobresaliente que siempre quisiera que llevaran las películas triunfadoras de esta, quiéraselo o no, importante noche

La ruleta esta rodando, hagan sus apuestas….


Estos son, en las principales categorías, los nominados para llevarse las estatuillas que se entregarán el próximo 27 de febrero en el teatro Kodak de los Angeles





Mejor película
 
Nominados:

•         The Fighter (7 nominaciones )

•         La red social (8 nominaciones )

•         El discurso del Rey (12 nominaciones )

•         Cisne negro (5 nominaciones )

•         Origen (Inception) (8 nominaciones )

•         Toy Story 3 (5 nominaciones )

•         127 Horas (6 nominaciones )

•         Winter's Bone (4 nominaciones )

•         Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )

•         Los chicos están bien (4 nominaciones )



Mejor director

Nominados:
 
•       Darren Aronofsky      Cisne negro (5 nominaciones )

•       David O. Russell      The Fighter (7 nominaciones )

•       Tom Hooper      El discurso del Rey (12 nominaciones )

•       David Fincher      La red social (8 nominaciones )

•       Joel Coen, Ethan Coen      Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )



Mejor actor principal
 
Nominados:
 
•       Javier Bardem      Biutiful (2 nominaciones )

•       Jeff Bridges      Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )

•       Jesse Eisenberg      La red social (8 nominaciones )

•       James Franco      127 Horas (6 nominaciones )

•       Colin Firth      El discurso del Rey (12 nominaciones )



Mejor actriz principal
 
Nominados:
 
•       Annette Bening      Los chicos están bien (4 nominaciones )

•       Nicole Kidman      Rabbit Hole

•       Jennifer Lawrence      Winter's Bone (4 nominaciones )

•       Natalie Portman      Cisne negro (5 nominaciones )

•       Michelle Williams      Blue Valentine



Mejor actor de reparto
 
Nominados:
 
•       Christian Bale      The Fighter (7 nominaciones )

•       John Hawkes      Winter's Bone (4 nominaciones )

•       Jeremy Renner      The Town (Ciudad de ladrones)

•       Mark Ruffalo      Los chicos están bien (4 nominaciones )

•       Geoffrey Rush      El discurso del Rey (12 nominaciones )



Mejor actriz de reparto
 
Nominados:
 
•       Amy Adams      The Fighter (7 nominaciones )

•       Helena Bonham Carter      El discurso del Rey (12 nominaciones )

•       Melissa Leo      The Fighter (7 nominaciones )

•       Hailee Steinfeld      Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )

•       Jacki Weaver      Animal Kingdom



Mejor película de habla no inglesa
 
Nominados:
 
•         Fuera de la ley

•         Incendies

•         En un mundo mejor

•         Canino

•         Biutiful (2 nominaciones )



Mejor guión original
 
Nominados:
 
•       Mike Leigh      Another Year

•       Scott Silver, Paul Tamasy, Eric Johnson (Historia: Keith Dorrington, Paul Tamasy, Eric Johnson)      The Fighter (7 nominaciones )

•       Christopher Nolan      Origen (Inception) (8 nominaciones )

•       Lisa Cholodenko, Stuart Blumberg      Los chicos están bien (4 nominaciones )

•       David Seidler      El discurso del Rey (12 nominaciones )



Mejor guión adaptado
 
Nominados:
 
•       Danny Boyle & Simon Beaufoy      127 Horas (6 nominaciones )

•       Aaron Sorkin      La red social (8 nominaciones )

•       Michael Arndt (Historia: John Lasseter, Andrew Stanton, Lee Unkrich)      Toy Story 3 (5 nominaciones )

•       Joel Coen, Ethan Coen      Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )

•       Debra Granik, Anne Rosellini      Winter's Bone (4 nominaciones )



Mejor fotografía
 
Nominados:
 
•       Matthew Libatique      Cisne negro (5 nominaciones )

•       Wally Pfister      Origen (Inception) (8 nominaciones )

•       Danny Cohen      El discurso del Rey (12 nominaciones )

•       Jeff Cronenweth      La red social (8 nominaciones )

•       Roger Deakins      Valor de ley (True Grit) (10 nominaciones )



Mejor banda sonora
 
Nominados:
 
•       John Powell      Cómo entrenar a tu dragón (2 nominaciones )

•       Hans Zimmer      Origen (Inception) (8 nominaciones )

•       Alexandre Desplat      El discurso del Rey (12 nominaciones )

•       A.R. Rahman      127 Horas (6 nominaciones )

•       Trent Reznor, Atticus Ross      La red social (8 nominaciones )

domingo, 20 de febrero de 2011

El ganador


TÍTULO ORIGINAL The Fighter

AÑO 2010

DURACIÓN 115 min.   

PAÍS    Estados Unidos 

DIRECTOR David O. Russell

GUIÓN Scott Silver, Paul Tamasy, Eric Johnson (Historia: Paul Tamasy, Eric Johnson, Keith Dorrington)
MÚSICA Michael Brook
FOTOGRAFÍA Hoyte Van Hoytema
REPARTO Mark Wahlberg, Christian Bale, Amy Adams, Melissa Leo, Robert Wahlberg, Jack McGee, Dendrie Taylor, Jenna Lamia, Bianca Hunter, Sue Costello, Salvatore Santone, Erica McDermott, Sean Patrick Doherty
PRODUCTORA Paramount Pictures / Mandeville Films / Relativity Media
WEB OFICIAL http://www.thefightermovie.com/
PREMIOS 2010: Oscars: 7 nominaciones, incluyendo mejor película, director y guión original
2010: 2 Globos de Oro: mejor actor secundario (Bale) y actriz sec. (Leo). 6 Nominaciones

GÉNERO Drama | Deporte. Boxeo. Basado en hechos reales

Clasificación : Vale la pena

The fighter, acá en Colombia  El ganador, es una película que si bien ofrece algunos elementos novedosos para la ya muy nutrida filmografía del boxeo, es, a la vez,  una película que naufraga en las aguas mansas de los lugares comunes.

Novedoso es el contraste actoral  entre  Cristian Bale y Mark Wahlberg. Mientras que el personaje de Bale, el boxeador Dicky Eklund, es complejo y permite el lucimiento actoral del inglés, el de Wahlberg, el también boxeador Micky Ward, es plano e insulso. Es sobre esta confrontación de caracteres que se teje el elemento innovador de El ganador. Confrontación además  de la  que sale victorioso el malo de la dupla. Como suele suceder con los malos buenos del cine, el espectador está más con el desarraigo extremista del personaje de Bale que con la normal mediocridad del hermano encarnado por Wahlberg. A The fighter la sostiene mejor este contraste de temperamentos entre hermanos que la historia misma, algo estereotipada, del boxeador que se enfrenta a la adversidad y la vence heroicamente en el último momento. Lo malo es que teniendo el material narrativo para explotar esa diferencia de temperamentos, la película se va por la vía fácil de un triunfo emocionante que pone a vencer, contra todo pronóstico, al más débil.

Novedoso también para aquellos que algo entienden de boxeo, la indagación que en la película se hace sobre las técnicas de combate. Micky no gana la pelea decisiva por guerrear a lo Rocky Balboa, sino por seguir la estrategia que desde su reclusión le recomendó su hermano. Viendo  a ambos actores se les nota una juiciosa preparación para encarar con convicción sus roles de boxeador. Para que el personaje de un boxeador resulte creíble no basta la musculatura apresurada de los gimnasios intensivos. Lo importante es que el personaje  demuestre fluidez haciendo pera o golpeando el aire. La muestra maestra la da Bale al representar a un boxeador  consumido por el vicio que sigue siendo, demacrado y enfermo,  ese púgil que alguna vez envió a la lona al legendario Sugar Ray Leonard.

Pero desafortunadamente El ganador desperdicia la historia que pudo bordarse a partir de tan disímiles personajes y se hunde en la historia repetida del boxeador anónimo que a fuerza de superación y coraje gana en el último segundo. Si  en algún momento la película nos permite evocar el blanco y negro del inolvidable Toro salvaje de Scorsese, es su infortunado desenlace  el que nos devuelve, con su desgastado estribillo, a las mil y tantas victorias de don Stallone, el Rocky de siempre.

El ganador emociona acudiendo a la fórmula infalible pero también barata del querer es poder. De la película se salva el soberbio trabajo de Bale cuyo personaje pone de manifiesto, nuevamente, que la historia de los marginales será siempre más atractiva para  las cámaras que aquella otra de la gente ordinaria y corriente.  Es por eso, precisamente por eso, que quienes perpetuamos la áurea mediocritas  de los griegos tanto admiramos  a esos seres extremos y marginales que siempre sublevan el orden establecido.

A manera de colofón  va esta pequeña investigación de cine y boxeo:   Búster Keaton dirigió  en 1926 El boxeador; un año después fue el mismísimo Hitchcock  quien dirigió, sin mayor éxito,  una película llamada  El ring. Mucho más tarde y después de decenas de películas que giraron en torno al boxeo aparece, en 1976,  el gran Rocky Balboa, un personaje al que por el momento en el que tantos lo vimos, nos marcó y fascinó. Con la emotividad propia de su director,  Franco Zeffirelli dirigió en el año 79,  El Campeón. Noquea a todos sus rivales, un año después, el gran Toro Salvaje de Scorsese, para muchos la película de esa década. Pieza importante de la filmografía latinoamericana es Gatica el Mono,  la historia del boxeador argentino José Maria Gatica dirigida en el año 1993 por Leonardo Favio, sí por Leonardo Favio, el mismo de o quizás simplemente le regale una rosa….. En el 2004 descuella el polifacético Eastwood con Million dollar baby y en el 2010 se mete entre las nominadas al Oscar como mejor película The fighter dirigida por David Russell. 

Excluyo de este caprichoso e incompleto listado al Luchador de Aronofsky (2008) porque uno no puede confundir a Rayo de Plata con Antonio Cervantes el Kid Pambelé…..

Nota para fanáticos.  véanse este fragmento de la inolvidable pelea de Micky Ward contra Arturo Gatti.



jueves, 17 de febrero de 2011

Intrucciones breves sobre como hacer los comentarios



La cosa es sencilla. Al final de cada reseña aparece una leyenda que dice Publicado por Andres Quintero. Después sigue un espacio vacío y a continuación un sobre y un lápiz. Simplemente hay que llevar el cursor al espacío vacío y aparecerá la palabra comentario. Se hace click sobre comentario y se despliega una pantalla que muestra, en el costado izquierdo, los comentarios que tenga la reseña y que permite, en el otro costado, escribir  el nuevo comentario. Una vez escrito el comentario, en la parte inferior se muestran las opciones de identificación. Si se tiene cuenta de  google se elige este opción. Si no se la tiene hay dos posibilidades: nombre vrl o anónimo. La primera pedirá la identificación y así figurará en el comentario. En la segunda el comentario aparecerá enviado por un anónimo. Luego de elegido el tipo de identificación lo único que hay que hacer es hacer click sobre la opción publicar comentario.

Eso es todo. 
Y de la foto que decir. En el Padrino I el  gran Brando recibiendo de su consiglieri una respetuosa sugerencia.

domingo, 13 de febrero de 2011

Las cinco de mis amigos





Así como otras conversaciones pueden desembocar (o haber iniciado, continuado y terminado) en el gol anulado del domingo pasado,  en la caja triptónica del último modelo, en la  estrategia del político de turno, en la volatilidad de las tasas o en las incomparables bondades de las uchuvas orgánicas, las nuestras, las que solemos tener con mis amigos, siempre tienen uno, algunos o muchos momentos de cine. Son, la expresión nunca podría ser más válida, momentos de película.

Fue en uno de esos momentos cuando de pronto se me ocurrió la idea de preguntarles a los que allí estaban conmigo cuales eran sus cinco películas. Advertí entonces y lo seguí haciendo luego, que no preguntaba por las que  a juicio de cada uno de ellos eran las mejores cinco películas de la historia del cine sino por esas cinco películas que uno, por la razón que sea, lleva clavadas en el alma.

Se armó, dirían los argentinos, un enorme quilombo . Que cinco eran muy pocas, que no era justo que los pusiera en una escogencia tan grata y a la vez tan ingrata, que a lo mejor yo ya me había devanado los sesos buscando mis cinco y que quería que otros padecieran lo mismo, que era un juego al estilo reinado de belleza …. Le puse fin a la discusión diciéndoles que les dejaba la tarea, que tenían todo el tiempo del mundo para hacerla y que cuando la tuvieran me mandaran un correo con los cinco queridos nombres.

Confieso que el asunto me entusiasmó y empecé a correr la bola. Cuando me encontraba con alguien a quien yo supiera le gustaba el cine, de inmediato le hablaba de esta encuesta y le pedía que sin afanes pensara en sus cinco películas y que cuando las tuviera elegidas, con el dolor inevitable de quien al elegir desecha,  me lo hiciera saber porque yo pensaba hacer algo con esa, para mi, valiosísima información.

Tengo que decir que en ese momento lo único que pensaba hacer con esos íntimos listados era degustarlos. Me encantaba recibir esos correos y constatar con ellos como cada escogencia retrataba a su elector.  Los había armados  con el más profundo corazón; en ellos se relataba incluso las circunstancias en las que se había visto la película escogida. Otras listas eran menos expresivas pero no por ello menos sinceras. Las había en las que la gran mayoría de elegidas eran clásicos y otras en las que la más vieja de las seleccionadas era  del 2003.

Las listas  empezaron a revelarme tesoros ocultos. Había películas, no pocas, que ni siquiera había oído mentar.  Eso puso en evidencia mi ignorancia y me abrió un espacio fascinante de exploración. Otras listas avivaron recuerdos apagados y  sin excepción todas ellas me confirmaron que para sus autores el cine es más, mucho mas, que una entretención de fin de semana.

Ahora que este blog ya esté en funcionamiento, y lo está en muy buena medida por esas listas que bautice las cinco de mis amigos, me parece este un muy buen espacio, primero, para invitar a los que aún no lo han hecho para que por este medio cuenten cuales son sus cinco películas y, segundo, para compartir algunos hallazgos que resultaron de desmenuzar (el verbo es mucho más apropiado que  el sofisticado procesar) la información que recibí.

La muestra es pequeña. Los encuestados que contestaron fueron veinte. Algunos de ellos, juiciosos,  se limitaron a las cinco. Otros colaban dos o tres más y los hubo que el número señalado les importó, en coincidencia numérica, cinco y en sus listas metieron cerca de veinte. A todos los entiendo. Más de uno, algo incómodo con la encuesta, me decía con cierto tono desafiante, ¿y las cinco suyas cuáles son?¿ o es que se va a dar  el gusto de armar la suya a partir del esfuerzo de los demás? No sé si eso hice. Lo cierto es que cuando le pedía a los amigos sus cinco yo no tenía las mías. Vine a tenerlas después con la entera convicción de que se trata de listados apuntalados por el corazón pero, quizás por eso mismo, fugaces y cambiantes. Tengo la certeza de que si hoy volviera a hacer entre los mismos la misma encuesta, muchos nombres cambiarían. Eso finalmente habla bien de los electores y también de las elegidas.

Estos son  los resultados de este primer y muy artesanal sondeo:

  1. Las de mayor votación

Ganó,  con tres votos,  la Novicia  Rebelde (The sound of music), la ya inmortal historia de una novicia, encarnada por Julie Andrews, que deja el convento para convertirse en la nana de los siete hijos de un militar retirado. La foto que encabeza esta nota es un homenaje a la ganadora.

Con dos votos le siguen

Casablanca,  
Ben Hur, 
La naranja mecánica,
Blow Up, 
El Padrino I,
Annie Hall
La vida de los otros.

  1. En español

De las más de cien películas votadas estas son las habladas en español:

Los olvidados,
Viridiana,
Hable con ella,
El hijo de la novia
Amores perros
Luz silenciosa

  1. Por director

Woody Allen fue el más votado con

Annie Hall,
Everyone says i love you  
Match Point .

Le siguen, cada uno con dos,

Hitchcock  con

Vertigo
La ventana indiscreta y

Antonioni con  

Zabriskie Point  
Blow Up

  1. Las clásicas

Si por clásicas entendemos las películas del sesenta para atrás, estas son, de más a menos viejas, las doce elegidas:

El testamento del Dr. Mabuse  (Fritz Lang, 1933)
The painted veil (Richard Boleslawski, 1934)
Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
Que bello es vivir (Frank Capra, 1946)
Los olvidados (Luis Buñuel, 1950)
La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954)
Riffifi (Jules Dassin, 1955)
Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958)
Les 400 coups (François Truffaut, 1959)
Hiroshima mon amour (Alain Resnais, 1959)
Ben Hur (William Wyler, 1959)
La dolce vita (Federico Fellini, 1960)

  1. Las desconocidas

Confieso que no conocía estas

Riffifi (Jules Bassin, 1955)
Rashomon (Akiro Kurosawa, 1950)
El conformista (Bernardo Bertolucci, 1970)
Aguirre, la cólera de Dios (Werner Herzog, 1972)
Highlander (Russel Mulcahy, 1986)
El testamento del Dr Mabuse (Fritz Lang, 1933)
La felicidad (Agnes Varda, 1965)
El retorno (Franco Piavoli, 1990)
Me and you and everyone we know  (Miranda July, 2005)
The squid and the whale (Noah Baumbach, 2005)
Luz silenciosa (Carlos Reygadas, 2007)
El perro  de Mongol ( Byambasuren Devaa, 2005)
The painted veil (Richard Boleslawski 934 y John Curran, 2006)
Coffe and cigarettes (Jim Jarmuch, 2003)


  1. Las más

La más vieja

El testamento del Dr. Mabuse (Fritz Lang, 1933)

La más nueva

A serious man (Joel y Ethan Coen, 2009)

La de más alta puntuación en las páginas de cine

El padrino I (Francis Ford Coppola, 1972)


A todos los que aún no las han elegido,  escarben en la memoria y cuéntenos cuales son sus cinco películas. Así podremos enriquecer esta encuesta que no tiene otro propósito que compartir reencuentros y propiciar, por contagio, nuevos hallazgos.






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jueves, 10 de febrero de 2011

Breve historia de este blog


Hace un par de años me propuse escribir unas líneas sobre cada película que viera. Con el paso del tiempo a la tarea le fui colgando sus reglas. La primera: no serían críticas de cine, serían - aspirarian a ser - notas sobre las impresiones causadas por las películas vistas; la segunda: solo escribiria sobre las películas vistas en el teatro, no sobre aquellas otras vistas en casa, en los ordenadores, en los aviones o donde fuera y la tercera: mas allá de la dificultad y el placer personales que siempre van de la mano con el escribir, bien valía la pena compartir con otros estas letras.

Como pertenezco a la generación del papel, soñé - sigo haciéndolo -   con un libro que recogiera estas notas. Sin embargo alguien un día me propuso que hiciera con esas notas este blog.Y aquí estoy.

Notarán que las notas no tienen la concisión que parece demandar el lenguaje del blog. Más de una vez son textos en los que, sin mayores límites, me dejé llevar por el impulso de escribir sobre las impresiones que me dejaron las películas vistas.

Salvo una nota sobre la foto que encabeza el blog, todas las demás son comentarios    - afectivos diría yo - sobre las películas que he visto en estos dos  años.

Intentaré adaptarme a los veloces e imperdurables lenguajes del blog. No garantizo mayor cosa. También me gusta  la idea de escribir no sólo sobre las películas vistas, sino también sobre cualquier dato, más curioso que noticioso,  relacionado con el cine. Y, por supuesto, lo más llamativo es que algún lector le de sentido y brillo a esta aventura con sus comentarios y notas. 

Yendo a cine es el nombre de este blog. Escogí el gerundio del verbo ir porque sugiere una acción en curso, todavía inacabada y por lo mismo de desenlace incierto. Y eso precisamente es lo que sentimos aquellos que siempre estamos pendientes de la cartelera, del hallazgo o del reencuentro cinematográfico; aquellos que siempre estamos yendo a cine.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El gran concierto


TÍTULO ORIGINAL Le concert

AÑO 2009 

DURACIÓN 119 min.  

PAÍS   Francia

DIRECTOR Radu Mihaileanu

GUIÓN Radu Mihaileanu
MÚSICA Varios
FOTOGRAFÍA Laurent Dailland
REPARTO Aleksei Guskov, Mélanie Laurent, Dmitri Nazarov, Valeriy Barinov, François Berléand, Miou-Miou, Lionel Abelanski, Vasile Albinet, Laurent Bateau, Ramzy Bedia
PRODUCTORA Coproducción Francia-Bélgica-Rumanía-Italia; Oï Oï Oï Productions / Les Productions du Trésor / France 3 Cinéma / Europa Corp. / Castel Film Romania / Panache Productions / Radio Télévision Belge Francophone (RTBF) / BIM Distribuzione
PREMIOS 2010: Premios del Cine Europeo: Nominada mejor guión

GÉNERO Comedia | Música


Clasificación : Vale la pena

El gran concierto es una película que te abraza a cada rato y que  al hacerlo te impide detenerte en sus altibajos. Hay un momento, no sabría decir cual, en el que te desentiendes de estructuras, ritmos, planos y verosimilitudes para entregarte, con  una envidiable irresponsabilidad, al  primario placer de la emoción.

Desde las juiciosas tribunas de la crítica El gran concierto es una película que cojea de principio a fin  por  todos los lugares comunes que la pueblan. La historia es ingenua y enteramente predecible.  Su humor es algo ramplón  y los personajes de la historia parecen  bajados de un carromato circense. No obstante todas estas notas que podrían tenerse como defectos, la película provoca un  inocultable encanto en  el espectador que muy pronto reconoce de que se trata el juego que se le propone y sin mayor vacilación lo acepta porque en  el cine  no todo ha de ser o entretenimiento pasajero o  travesía con sentido intelectual.

La historia de  El gran concierto  es de suyo atractiva y pegajosa.  El  viejo director del  Bolchoi, hoy relegado a la condición de simple utilero de la famosa orquesta, se entera del proyecto de un concierto en Paris.  Sin pensarlo dos veces se embarca en la disparatada aventura de reagrupar, haciéndolos pasar como si fueran la orquesta  oficial, a  los viejos músicos para demostrarse a sí mismo, demostrarle a sus viejos compañeros de ruta y demostrarle  al mundo entero, que lo que fue alguna vez puede rehacerse  y que si  el mayor riesgo es no lograrlo, un tal fracaso también  será un sentido homenaje al irrecuperable pasado.  Tras ese sueño suceden entonces los típicos percances de  comedia ordinaria: no hay plata para los tiquetes aéreos, los músicos son indisciplinados, ninguno de ellos tiene visa para entrar  Francia y en la recta final el director del Bolchoi se da cuenta del engaño.

La película no se hunde en  la banalidad de una comedia de pacotilla por dos o tres elementos: el primero de ellos, arrasador e indiscutible, la magia de la  música y, más exactamente, la del concierto para violín  y orquesta de Chaikovsky; hacia su interpretación  en  París se mueve toda la película y no es difícil presentir que la ceremonia será apoteósica. Uno segundo y quizás el más valioso, está dado por los referentes históricos de la trama: de una parte la era oscurantista de Brezhnev  con  todas sus arbitrariedades y, de otra, la historia de Lea , la mamá de la protagonista, una violinista judía que no puede interpretar el concierto de Chaikovsky por orden  del dictador. A esos puntos de historia  se suma, ya quizás incomprensible para las nuevas generaciones, el sueño igualitario del estado comunista. Y el tercero corre a cargo de la bellísima Mélanie Laurent en  su papel de Anne Marie Jacket , la joven  violinista que después de un  titubeo inicial aceptar tocar,  con  el inmortal  Bolchoi, el concierto del maestro ruso. La interpretación magistral tendrá que estar atada al esclarecimiento de su pasado. La Laurent enamora desde su primera aparición y deja impregnado todo el ambiente de su elegante sensualidad.  Como no recordarla en su inolvidable papel en la fantástica Bastardos sin gloria del gran Tarantino.

Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Que el Gran Concierto nos enganche con una historia un tanto clichesuda y que lleguemos incluso a realmente emocionarnos con el allegro vivacísimo del concierto de Chaikovski, no la hacen una buena película. A riesgo de ofender razones y corazones hay que decir sin empachos que el que nos guste una película no la hace una buena  película aunque por supuesto y felizmente casi siempre nos gusta una buena película. Uno puede, por ejemplo, adorar Pretty woman y verla infinidad de veces, a pedazos, por la tele cerrada. Pero de allí a decir que es una buena película hay una enorme distancia. No puede negársele a películas como esta su halo, su singular encanto. A esa capacidad indescifrable de encantar al público el cine le debe muchísimo o, sin temor a exagerar, el cine se debe, todo él, a esa capacidad de cautivar, de transportar. Pero  una cosa es ese perturbador efecto en el siempre vale la pena caer y otra,  diversa, que quien lo cause tenga la estatura de una buena película .

Con una simpleza que yo no soy quien para desaprobar pero que simplemente no comparto, suele decirse que por ser el cine entretención aquel que nos entretenga y bien lo haga  será ya por eso buen cine. No. El cine es mucho más. Su ambición pasa por la estación de la entretención pero su rumbo final tiene más que ver con la conmoción estética, con el resignificado mismo de nuestra condición humana.

El gran concierto es un  bien logrado pizzicato  en la piel. Pero no es, lejos está de serlo, un concerto grosso para el espíritu.


domingo, 6 de febrero de 2011

Amor de familia



TÍTULO ORIGINAL Le premier jour du reste de ta vie

AÑO 2008 

DURACIÓN 114 min.    

PAÍS    Francia 

DIRECTOR Rémi Bezançon

GUIÓN Rémi Bezançon
MÚSICA Sinclair
FOTOGRAFÍA Antoine Monod
REPARTO Jacques Gamblin, Zabou Breitman, Déborah François, Marc-André Grondin, Pio Marmaï, Roger Dumas, Cécile Cassel, Stanley Weber, Sarah Cohen-Hadria, Camille De Pazzis, Aymeric Cormerais, Lyès Salem
PRODUCTORA Mandarin Films
WEB OFICIAL http://www.lepremierjour-lefilm.com/

GÉNERO Drama. Comedia | Familia


Clasificación : Vale la pena

Para quienes tenemos un conocimiento muy fragmentario del cine francés, Amor de familia es una película que sin abandonar ese inconfundible tono que tienen las películas francesas, no cae en el drama existencialista con el que solemos asociar, de seguro por tener acceso solo a una pequeña porción de su producción cinematográfica, el cine de ese país. 

Cuando hablo del tono amargo y complejo del cine francés pienso en películas como la Betty Blue de Jean Jacques Beineix o La pianista de Michael Haneke o La piscina de Francois Ozon. Cintas de las que se sale con un incómodo nudo en el alma, con una percepción sombría de que el ser humano ha ido extraviándose en laberintos en los que todo se vale para sortear como mejor podamos una existencia desposeída de sentido. No es esta, en cambio, la sensación que  nos queda después de ver Amor  de familia.  La película muestra los momentos determinantes de una familia parisina de clase media. La independencia del mayor de los hijos, el aborto  de la única hija, el amor extraviado del menor de los muchachos, las zozobras emocionales y afectivas de la mamá, la muerte del abuelo….Episodios cargados de sentimiento que se cuentan sin  la afectación del drama y sin el facilismo de la moraleja edificante. Amor de familia  logra una narración profunda pero  no densa y para ello se sirve, en justas dosis, de un humor que nos recuerda lo pasajera que suele ser la trascendencia.

Al igual que el  literario, el relato cinematográfico necesita momentos encumbrados. Me refiero a pasajes donde la acción se trepe, donde la emoción bordee la conmoción, donde los desenlaces cuesten muertes o besos o despedidas o insinuantes intrigas. Al cine no se lo concibe narrando historias anónimas e insulsas. Es más, cuando esto hace la intención subyacente es   redescubrir en la ordinariez el valor de lo cotidiano.

Amor de familia es una sucesión de momentos en los que confluyen y se entremezclan, al punto del conflicto agresivo, temperamentos muy disímiles. El gran mérito de la historia es que todos sus protagonistas, padres e hijos, son a la vez héroes y villanos. Ninguno tiene la razón pero todos tienen sus razones y es por eso que con todos ellos nos identificamos un poco, no quedándonos otra opción que quererlos así como son porque  es así, tal y como somos, que a tropezones nosotros mismos nos queremos.

El cine de Remi Bezancon nos recuerda la producción cinematográfica de su compatriota  Jean Becker a quien recordamos por películas como Conversaciones con mi jardinero o  La fortuna de vivir. En el cine de ambos se revela esa manera peculiar que tienen los franceses de encarar la existencia pero, más que esta, lo que en ambos también aflora es esa fe inquebrantable en la capacidad humana para superar las dificultades que nos depara la vida. No se trata ni de heroísmos, ni de santidades. Se trata de ir por el mundo expuesto y sin seguro  a sabiendas de que siempre habrá la posibilidad de una sonrisa   o  la de un recuerdo en la más inesperada esquina.

Como dice un noticiero, se nos queda en la retina la escena en la que el menor de los hijos participa en un concurso imitando, sin guitarra, a un guitarrista. Su padre lo  mira desde la barra y es también él  quien con su boca fruncida y sus ojos entrecerrados se funde momentáneamente  con su hijo para darle vida a ese Magic Fingers sobre el que se derraman  todas las luces del escenario y sobre el que se posa esa mirada de mujer que luego no será más que un fantasma.  Son momentos como este los que zarandean la narración cinematográfica y los  que hacen en ultimas que nos guste una película. 

miércoles, 2 de febrero de 2011

La foto de este blog


Muchos de ustedes la habrán reconocido ya. La foto es de la cinta Atrapa a un Ladron de Hitchcock. Grace Kelly conduce el coche (si escribiéramos como hablamos diriamos que la Kelly maneja el carro) y a su lado, extasiado, Cary Grant la mira.La historia, de seguro matizada por los tintes de la fantasia, dice que mientras se rodaba la pelicula el principe Raniero III de Monaco empezó  a cortejear a la bellisima Kelly.  La cosa terminó en propuesta matrimonial bajo la condicion, pobre Kelly, de abandonar las grabaciones y el glamour de la pantalla. Ella aceptó y hubo boda del siglo.  

Cuenta la leyenda que en el septiembre del  82 y yendo por la misma carretera en la que se grabó la escena cuya foto encabeza este blog,  la Kelly se accidentó. Con ella iba  la  menor de sus  hijas, Estefania de Monaco. 

Dicen las incomprobables historias que madre e hija reñían cuando el carro se accidentó; dicen tambien que era Estefania la que conducía y  que quizás fue la riña la causa del  accidente....

Al día siguiente del hecho, un aciago 14 de septiembre, la Kelly   decidió, quizás en un luctuoso gesto de reconciliación con su hija, que la mejor manera de perpetuar su principado en este mundo era  abandonándolo.

Importa poco la verdad de lo sucedido. La Kelly se  marchó llevándose consigo ese halo de princesa inalcanzable que siempre tuvo. Raniero no la hizo princesa, ella ya lo era cuando él la conoció. El titulo nobiliario no hizo más que ratificar una condicion que se leía en cada uno de sus gestos, en sus ojos, en ese pelo dorado movido por el viento en el descapotable de la inmortal escena con Grant.

Yendo al cine es el nombre de este blog y escogi  esta foto de la Kelly con Grant como su emblema porque nada cuesta imaginar,  traicionando la historia original, que la pareja esta yendo al cine y  que esa felicidad despreocuada de los dos no puede tener otra razón que la fascinación que a algunos siempre nos produce el encuentro con la pantalla grande.